I.-ESTUDIA
Cuando,
por fin, caigas en cuenta de que eran ufanías tus manifestaciones de
conocedor de la materia; cuando sientas desgarrarte en inquietud por
dominar un campo tan extenso y complejo; cuando notes que el dinamismo
propio de la realidad que sustenta tu especialización, hace que día a
día lo que has aprendido vaya constituyendo historia; y cuando
comprendas que la misma relación íntima que tiene con las demás ramas
del quehacer técnico sugiere que la ciencia de la aduana no es un fin en
sí misma, sino parte de un todo que debe armónicamente lograr el
desarrollo social interno y la paz internacional, sólo entonces tendrás
derecho a ser llamado "aduanero".
De nada
servirá cuanto has aprendido si no lo reflejas en realizaciones.
Comunica con ahínco tu saber a los demás y a los casos que debas
tramitar o resolver; si no procedes así, cada vez te será más difícil
hacer las cosas o, lo que es peor, hacerlas bien; y si así procedieres
contribuirás, desde cualquier posición que ocupes, a la grandeza de la
Patria y a tu propia tranquilidad interior.
III.- SE HONESTO
Si estudias
y trabajas pensando únicamente en tu beneficio, correrás en mayor grado
el riesgo de caer en las malas tentaciones que por doquier acechan en
el arduo camino de la actividad aduanera. No seas merecedor del
desprecio de los demás ni de la vergüenza de tus hijos.
IV.- SE LEAL
Debes ser
leal para con el estado, cuyos controles permiten que vivas, progreses y
seas útil; para con tu cliente, a quien puedes engañar con facilidad; y
para con tus colegas, a los cuales no debes mirar como adversarios.
V.- LUCHA
Tus
actividades estarán siempre rodeadas de profundas incomprensiones.
Frecuentemente serás considerado como un malvado. Persiste en tus
convicciones sin incurrir en terquedad. Trata de sumar otras voluntades a
esas convicciones y luego, haciendo causa común, libra las batallas
necesarias hasta imponerlas.
VI.- ANALIZA
Entre tus
principales deberes estará siempre el de analizar: a las cosas, para
aplicarles su justo tratamiento; a las personas, para comprender cuándo
puedes confiar en ellas; y a las instituciones, para saber cómo
mejorarlas.
VII.- ESMERATE
Constantemente
tendrás que tratar con personas de muy variada índole, quienes acudirán
a ti no propiamente porque lo deseen, sino porque las circunstancias
las obligan a ello. La imagen que se llevarán del país y de su gente
dependerá en gran medida de tu buen trato, de tu aspecto personal, de tu
seriedad y, al mismo tiempo, de tu severidad y comprensión. Recuerda
que mientras más deficientes sean los mecanismos y controles aduaneros,
el desarrollo integral cada vez se nos alejará más y se agrandará
nuestro desprestigio en el concierto mundial de naciones.
VIII.- TOLERA
El concurso
de otras personas e instituciones será siempre indispensable para el
cabal desarrollo de la técnica aduanera; tolera su intervención en la
misma medida en que desees que sean respetados los principios de dicha
técnica.
IX.- TEN FE
Ten fe en
el servicio aduanero, como el más importante para la salvaguarda
permanente de nuestros intereses frente a los de otros países; como el
que permite que las normas nacionales e internacionales sobre
circulación de bienes puedan cumplirse eficazmente; y como el freno
apropiado para quien no reconoce un valor distinto al de su propio
enriquecimiento desmedido.
X.- AMA TU PROFESION
Debes amar
tanto tu profesión como para preferirla aunque surjan para ti distintas y
más cómodas oportunidades y como para abandonarla cuando sientas que
constituyes un obstáculo para su engrandecimiento.-
Marco Antonio Osorio Ch.
1976
1976
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